jueves, 23 de octubre de 2014

Rosa sin espinas


Puede ser que un sabio amante de la naturaleza, se encontrara en su caminar de mediados de los años 80, una rosa con aroma muy fragante. Sierra arriba, sierra abajo en su mítica Vespa azul, que ya quisiera Brad Pitt parecerle.
Siendo una flor tan popular fue seducido por su olor cálido de rosa melosa, su color blanco y lo más curioso, no tenía espinas… sin ninguna pincha que te pudiera dañar. Observó que sus pétalos no se guardaban en un libro cerrado, sino abierto, pues se reciclaban y se reinventaban gracias a excelentes jardineros yoguis y psicólogos.
Pueden ser alegóricamente Andrés y Rosa, en una época lírica donde sonaban canciones para una sociedad mejor. La grave voz de Leonard Cohen, la armónica de Bob Dylan, las letras de Sabina, el romanticismo de Aute al alba y “Ma liberté” de Moustaki…
Acordes en su rodar con la Vespa por la vida , acordes que ella se dedicara a ayudar a las personas “ciegas” a ver su luz propia y él a hospedar a viajeros, agradando y agrandando sus estancias.
Hoy ya llevan más de 25 años juntos, lo mejor del amor cuando no termina…
Las sábanas perfumadas, las habitaciones ventiladas, la adrenalina en camas bien juntas.
Las canciones de amor que quisisteis, la baraja que no rompisteis, los brazos que no se soltaron detrás de la Vespa. Donde se aprende que no se pasa frío respetándose y la tristeza es algo que se respira.        
Lo mejor del amor cuando no se termina…es sincero, sin oscuridad, restando pesadillas y duermevelas…
Sumando a sus vidas, nuevos jóvenes, sus retoños, Andrés e Irene.

Con Rosa y Andrés todos bailando en Bajo el Cejo, 15/03/2014.